En el enrarecido clima que prevalece en el mundo académico -y en especial en el campo de las ciencias sociales- su pensamiento es por completo desconocido pese a que su contribución para la comprensión de varios asuntos cruciales de nuestro tiempo es de singular importancia. Los profesores “bienpensantes”, para usar una expresión que acuñara en uno de sus libros, ignoran los aportes de este madrileño universal. Y si lo conocen se cuidan de divulgarlo entre sus estudiantes, temerosos de enfrentar las represalias que los custodios del pensamiento único en la academia descargarían sobre quien tuviera la osadía de incluir algunas de sus obras en la bibliografía de sus cursos. Sastre era dueño de un pensamiento demasiado crítico y punzante además de una prosa cautivante. Pero su reivindicación de la dialéctica, de la utopía, del comunismo así como su implacable cuestionamiento del capitalismo trascendía los estrechos márgenes de lo tolerable en los claustros  del saber establecido. Para tratar de paliar esta situación CLACSO publicó en 2005 uno de sus más brillantes ensayos: La Batalla de los Intelectuales, uno de cuyos pasajes reproduzco a continuación:

 

“Veamos: ciertamente la población bienpensante antes era ‘de

Derechas’ (o la gente de derechas era la bienpensante); y hoy la

“gente de izquierdas” es bienpensante (o la gente bienpensante

resulta ser –o así se presenta– de izquierdas, que de ambas formas

puede decirse). Por mi parte, yo reivindico para mí una posición no

bienpensante y así lo propongo para una izquierda deseable y seriamente

radical, aunque ello resulte paradójico. Mi modo de ‘pensar

bien’ es ‘pensar mal’; lo que creo que me sitúa –ay– en el refranero

castellano, en el que se certifica que ‘pensar mal’ es una vía segura

para el acierto. Pero la idea que ha prosperado socialmente es que

‘pensar bien’ es lo propio de los intelectuales, aunque ese pensar

bien los sitúe  en el en otro tiempo desdeñado mundo de la gente

bienpensante.” (La Batalla de los Intelectuales, p. 91.)

Concluyo invitándoles a asomarse a la obra de este gran intelectual crítico y  comentándoles que mi empeño por combatir las mentiras y falacias de Mario Vargas Llosa –y en general de toda la derecha así como del “progresismo bienpensante” rendido a los pies del capitalismo y ciego ante los horrores del imperialismo- encuentra en aquellas conversaciones con don Alfonso –en Hondarribia pero también en La Habana y Caracas- la fuente principal de inspiración. Por eso este emocionado adiós al Maestro, así con mayúscula y una ferviente invitación a que lean su obra, que fortalezcan su formación teórica apoderándose del legado que nos dejara en sus escritos. Para comenzar, descargando gratuitamente desde la biblioteca virtual de CLACSO La Batalla de los Intelectuales , cliqueando en el siguiente enlace:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20100604034038/sastre.pdf